Niños aprenden sobre la importancia del suelo. Imprimir

“En una pequeña cucharada de suelo vegetal en la provincia de Osorno se ha encontrado alrededor de 25 millones de microorganismos vivos, activos; algo así como una vez y media la población humana de todo Chile”, explicó el investigador de INIA, José Santos Rojas.

¿Qué es el suelo? ¿Cuál es su función? y ¿cómo se forma? son algunas de las interrogantes que aprendieron a contestar los alumnos que participan en el proyecto Explora de Conicyt: “Aprendiendo ciencia viva en el bosque”, ejecutado por la Universidad de Los Lagos y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA).  

En una nueva serie de clases teóricas y prácticas realizadas en el Centro Experimental INIA La Pampa, en las cercanías de Purranque y Río Negro, cerca de 250 alumnos de quinto básico de 6 escuelas municipales de las mencionadas comunas continuaron su aprendizaje en terreno, complementando los programas de estudio realizados en el aula. 

El ingeniero agrónomo, experto en fisiología de plantas e investigador de INIA Remehue, José Santos Rojas, en el taller: “Aprendiendo a conocer el suelo en el bosque”, explicó que el suelo se forma por la descomposición de las rocas y compuestos orgánicos debido a la acción de agentes físicos como el calor, el frío, el hielo y el agua; agentes químicos como ácidos orgánicos y otros; y agentes biológicos como bacterias, actinomicetos y algas, en un proceso muy lento y gradual que dura cientos de miles de años. Así, por ejemplo, 10 centímetros de suelo demoran en formarse alrededor de 2.000 años y pueden perderse fácilmente por erosión si el suelo es mal usado y manejado por el hombre” 

El especialista dijo que “en Chile más del 45 por ciento de la superficie ocupada en la producción agropecuaria se encuentra con cierto grado de erosión; en algunos casos muy severa, como ocurre en la provincia de Malleco, en Región de la Araucanía, la cual ha perdido gran parte de su suelo productivo. Por esta razón, una de las preocupaciones más importantes del país debiera ser el cuidar y proteger el recurso suelo, base de la vida de las plantas y animales y de todas las demás especies de las cuales depende finalmente la vida humana en nuestro planeta Tierra”. 

También se refirió a la vida en el bosque señalando que “además de las hierbas, arbustos y plantas que cubren la superficie del suelo del bosque nativo, allí también viven millones de microorganismos, tales como bacterias, hongos, actinomicetes, levaduras y microzoos. Así, por ejemplo, en una pequeña cucharada de suelo vegetal en la provincia de Osorno se ha encontrado alrededor de 25 millones de microorganismos vivos, activos; algo así como una vez y media la población humana de todo Chile”.