Científica de INIA enseña a niños a reconocer microorganismos. Imprimir

En el Centro Experimental INIA La Pampa, ubicado en las cercanías de Purranque, continúan desarrollándose actividades complementarias al programa de estudio de los 300 estudiantes involucrados en el proyecto Explora de Conicyt “Aprendiendo Ciencia Viva en el Bosque”. Continuando con los talleres teórico y prácticos del proyecto “Aprendiendo Ciencia Viva en el Bosque”, que está desarrollando la Universidad de Los Lagos y el INIA, y como parte de la XVI Semana de la Ciencia y la Tecnologia del Programa 
EXPLORA-CONICYT, la investigadora especialista en enfermedades de plantas de INIA Remehue, Ivette Acuña, enseñó a alumnos y profesores implicados en esta iniciativa a reconocer distintos microorganismos que están presentes en el ambiente. 

Durante una exposición inicial para los distintos colegios, la destacada científica osornina explicó los roles benéficos y perjudiciales de algunos microorganismos, para ayudar a los niños a entender la diversidad de organismos vivos que habitan en el bosque y otros hábitat naturales. 

Afirmó –de una manera didáctica que permita una mayor compresión- que hay microorganismos “buenos” y “malos”. Entre los buenos se pueden citar a las bacterias que permiten elaborar yogurt, la levadura que hace “subir” el pan y hongos comestibles como los champiñones, callampas y pinatras. 

Como ejemplo dijo que entre los microorganismos patógenos o “malos”, se encuentran todos aquellos que dañan las plantas, los cultivos o los productos alimentarios, entre los cuales hay hongos, virus y bacterias. 

Terminada la charla de inducción, la fitopatóloga se dirigió al bosque de INIA La Pampa, junto a cada uno de los grupos, con el desafío de recolectar e identificar el hábitat donde se encuentran los diferentes microorganismos y su función benéfica en el bosque. 

Para Raúl Arteaga, profesor de la Escuela Rural Riachuelo de la comuna de Río Negro “este proyecto es muy interesante, porque permite sacar a los alumnos de su quehacer cotidiano en la sala de clases y llevarlos a un aprendizaje en terreno y de esa manera poder constatar directamente el desarrollo de especies vegetales y animales, a través de los distintos talleres que se han realizado”. 

Los alumnos se mostraron muy interesados y sorprendidos por todos los microorganismos que habitan en el bosque y en otros entornos naturales, por los efectos que tienen muchos de ellos en la vida diaria del ser humano.